Hoy la vida es diferente

17/03/20

Me despierto  hoy, es martes, mi primer pensamiento es que el despertador no ha sonado, ¿qué hora es? Las 8, voy bien me da tiempo a vestirme, desayunar e ir a Esmoga… Acto seguido aparece una sensación desconocida en mí hasta ahora. No puedo ir a trabajar…

Están siendo días con muchas emociones, el día que decidimos cerrar, lloré, lloré mucho, la tristeza me invadía, algo en mi me decía que serían muchos días sin estar en Esmoga. Las noticias, los mensajes, las suposiciones, sentí miedo en estado puro, de hecho, he estado días con esa sensación dentro, a veces aparecía la rabia, la impotencia. Una inmensidad de emociones que me costaba controlar, que deje de controlar.

Los días, van pasando y todas esas emociones parece que por momentos se van disipando y sorprendentemente, están apareciendo sensaciones nuevas. Cosas que antes no me gustaba hacer, ahora suponen un golpe de aire fresco. Tirar la basura, cocinar, limpiar. Todo me parece creativo, todo me parece saborearlo. Me da la sensación de disfrutar con todo. No hay prisa, no vivo a contrarreloj. Tengo lo que nunca he tenido, Tiempo. He deseado tener tiempo tantas veces y ahora aquí esta… para enseñarme y mostrarme algo de mí que no conocía, la calma, la paz, la tranquilidad. Y estas sensaciones aparecen  sin esperarlas, supliendo al miedo y la rabia. Y siendo consciente que volverán, que volveré a llorar de miedo y impotencia, que habrá momentos que no sabré que pasara, pero tendré menos miedo al saber que después encontrare esta calma.

Y ahora mismo no creo que se trate de ser positiva o negativa, creo que va más allá de una actitud que me quiera imponer  a mí misma. Intuyo que esto trata de sentir, de sentir la vida, de vivir. Porque me pregunto. ¿Qué sería  de lo bueno si no estuviera lo malo? Porque sé que estos días me hacen valorar más lo que me importa en la vida.

Parar mi vida, me muestra que echo de menos mi vida. Echo de menos las pequeñas cosas del día a día. Un abrazo, el contacto, un café compartido, echo de menos el contacto con las personas de mi entorno. Pienso en cuantos abrazos más podría haber dado. Pienso en lo afortunada que soy por compartir mi vida con vosotr@s, mi gente, mi familia, mis amigos, mis clientes… echo de menos pintar uñas, buscar un diseño que hacer, maquillar, dar u masaje o simplemente estar en Esmoga…

Pero la vida me regala tiempo y voy a saborearlo…

Os echo de menos….

Siempre

Esther.

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